jueves, 22 de noviembre de 2012

la cicatriz de tu amor.

Bajo las lágrimas que cubren mi rostro,
Se desvanece la historia de nosotros,
Teníamos tantos cuentos que contar,
Que termine siendo yo la del final.

Tantas cicatrices tengo en mi persona,
Que a veces desconoce la plataforma,
En la que eh planteado mi vida,
Desde el día que empezaste a cambiar.

Fui la torpe esperando en cama tarde,
Mientras tú fingías trabajar horas extra,
La que rezaba porque saliéramos adelante,
La misma niña que te regalo su primer beso.

Siempre fuiste el príncipe de esta relación,
Yo trate de ser aquella mujer a tu decisión,
Quizás ese fue el error,
Me deje manipular sin control.

Todavía sigo aquí, sentada en el mismo rincón,
Llorando nuestra primera canción,
Recuerdas aquel baile de graduación?
Donde me besaste, diciendo” mi amor”.


Quiero imaginar que es tu conciencia,
Que pesar de que es constante,
Tu corazón sigue siendo el de antes,
Quiero que vuelvas a ser ese hombre.

Que no tocaba a una mujer con las manos,
Que regalaba rosas y me traía ramos,
Que no tomaba en bares,
Y con el mismo hombre que me case.

Hoy me siento azotaba, mas que por tus golpes,
Por tus palabras tan fuertes,
Que rompen mi corazón en pedazos,
Sin dejar huella de tus pasos.

Pero hoy, después de pensar a solas,
Me doy cuenta de la gran diferencia,
Tú sigues siendo el mismo cobarde,
Que gana valor golpeando a alguien.

Hoy te digo adiós mi viejo príncipe,
Cambiaste de ser dulce,
A convertirte en alguien tan difícil,
De llenar aquel vacío sin fin.



-Edgar Rodríguez

lunes, 19 de noviembre de 2012

madurar tan rápido

Tengo tantas cartas por leer,
Quizás no eh terminado de conocer,
Esa persona tan fuerte que dice ser,
Que aprecia lo bello del amanecer.

En mis manos brotan los escritos,
Como un simple niño juega consigo,
Tengo en la mente, mis mayores recuerdos,
Mis miedos, y quizás algunos desvelos.

Me da tanta nostalgia el recordarme de niño,
El como corría sin miedo de caer,
Como aprendía a pesar de que llegara a doler,
Tantas anécdotas que me hacen madurar.

Es increíble como el paso del tiempo,
Empieza a modificar el pensamiento,
De aprender conforme crecemos,
A madurar, conforme caemos.

Es cierto que guardo suspiros muy adentro,
De días que no tuve el valor de hablarlos,
Que me siento como una caja tan profunda,
Donde escondo mis mayores secretos.


Pero vamos quien decide donde caer,
Hoy sigo preguntándome que hice ayer,
Como es posible que a veces,
No me llegue a conocer.

Es cierto que hay días,
Que parezco cargar con culpa,
Un peso tan profundo que causa heridas,
Pero soy yo el que debe cargarlas.

Escucho una voz en mi interior,
Que grita con fuerza tu tienes un gran corazón,
Pero la callo, al recordar aquel dolor,
Donde quizás hubiese cometido un error.

Sigo imaginando en él hubiese,
Me trae recuerdos que duelen,
El haber no actuado conforme,
Mi corazón cree.

-Edgar Rodríguez

viernes, 9 de noviembre de 2012

el oso de mi hermana

Han pasado tan solo 15 años,
Desde que corría por los senderos,
Donde el pasto crecía tan bello,
Y las flores, cubrían el resto.

Esas escaleras color marrón,
Y el gran ventanal claro donde cruzaba la luz,
El piso con un toque artesanal,
Y la sala, un poco informal.

Tantos detalles tengo de aquella casa,
Donde solíamos vivir cuando éramos jóvenes,
Donde trepábamos del árbol, para nunca bajar,
Y aquel desván donde papa, solía cantar.

Recuerdas aquella anécdota donde caí,
Y corriste para estar ahí,
También aquel viejo pastor,
Que nos cuidaba más que el sol.

Me es difícil el pensar que aquella vieja casa,
Donde descubrí mi niñez,
Me atormente todavía al pesar,
Lo que paso aquella tarde.


Recuerdo todavía aquel sábado 18,
Cuando un oso querías de regalo,
Me volvía loco el pensar,
Que tan rápido llegaste a hablar.

Eras solo una niña indefensa,
En busca de la felicidad,
Eras mi hermana pequeña,
La que cuidaba como reina.

Recuerdo que escondí tu regalo,
En lo más alto de aquel armario,
Recuerdo todavía tu sonrisa,
Sabes, el tiempo no todo lo quita.

Tú tan bella, vestida de princesa,
Yo era tu príncipe, lo recuerdas? ,
Te cargue hasta aquel armario,
Hasta que aquel oso, salió de tus manos.

Yo sonreí, te bese la frente y me fui,
Nunca imagine que no te vería otra vez,
Tanta fue tu alegría, que caminabas sin mirar,
Vi tu caída enfrente de mis ojos.


Sabes la nostalgia que sentí,
Rodaste a lo largo de aquel barandal,
Y lo que hice fue gritar,
Pero tu cabeza golpeo aquel viejo cristal.

Hoy después de 15 años,
Estoy sentado recordándote,
Escribiéndote la carta que nunca te entregue,
Y me gustaría supieras, que lo intente.

Te quise y te quiero,
Como aquellos viejos tiempos,
Donde solíamos ver el rascacielos,
Y correr por el sendero.

Recuerda que esta casa que nos dio vida,
También nos arrebató parte de ella,
Tú por ejemplo sigues siendo la misma,
Que inspira mis escritos en este viejo hogar.

-Edgar Rodríguez

lunes, 5 de noviembre de 2012

"Ya nada es igual".

En que momento dejamos de tener el calor,
Cuando dejo de ser primavera, para ser invierno,
Todavía me imagino corriendo detrás de ti,
Gritando estar juntos hasta el fin.

Tantas veces que decir no ser romántico,
Se corrompía al solo mirarte un rato,
Tu fingiendo ser tan débil,
Yo buscando proteger tus pasos.

En que momento dejo de existir amor,
Cuando el calor de tus manos se esfumo,
Me es difícil es recordarte en el ayer,
Donde tú solías ser mi única mujer.

Dejamos de ser románticos y tiernos,
Para ser fríos, sin sentimientos,
Deje de correr detrás de tus pasos,
Cuando aprendí que ya no era lo indicado.

Cuantas veces luche yo detrás de ti,
Y puedes verme, sigo aquí,
Esperando a que cambies otra vez,
Y tus labios me recuerden a la miel.

Lo peor de todo es que sabemos que no es igual,
Que a pesar de que te vuelva a amar,
Nuestro cariño se perdió en la distancia,
Dejando por completo la esperanza.

Siento el recordar nuestro pasado,
El rozar tus labios y no querer soltarlos,
Fingir morir de frio,
Para tomarte de la mano.

Tantas primaveras vivimos juntos,
Quizás te suene absurdo,
Pero en tan solo dos años,
Parece que fuimos uno.

Fue un bendito 2 de agosto,
Cuando de tus ojos iluminaron mi sendero,
Nunca creí que tan bella mujer,
Cambiase tan difícil ser.

Recuerdas nuestras risas interminables,
Cuando yo te gritaba, siempre serás mía,
Nunca me canse de decirte mi vida,
De que a tu lado, estaría siempre.

Hoy veo como la armadura que algún día nos unió,
Hoy se oxida y cae por esa falta de amor,
Hoy tengo un hueco en el pecho,
Tú sabes el porqué de mis hechos.

Nunca fue falta de amor, quizás nos falto intentar,
Si sabias que por ti daba mi vida,
Que cambio entre nosotros,
Me sigo preguntando mientras sueño.

Vete, tengo la necesidad de verte,
Pero me lastima el quererte,
Finges indiferencia por este ser,
Que solo busca darte todo de él.

Perdóname mi bella rosa,
Tus grandes espinas fueron más grandes,
Que los pétalos que cubrían tu alma,
Me causaba más dolor el acariciar tu calma.

Me fallaste, o quizás fui yo,
Bien merecido tenemos un adiós,
No fue el destino, fue falta de amor,
La cambio nuestro corazón.

-Edgar Rodríguez

domingo, 4 de noviembre de 2012

mi gran mentor

Hoy tocas tu guitarra color marrón,
Finges estar triste por amor,
Te puedo ver a los ojos chatos,
Y solo sonríes por ver a mi madre.

Tienes entre la mente los mas grandes consejos,
Que un alumno necesita escuchar,
Eres un gran maestro de la vida,
Que no presume su sabiduría.

Gozas de la vida a pesar de esa edad,
Aprecio mucho tu manera de amar,
Tantos años, tan gran ejemplo,
Tanta sabiduría, tan gran maestro.

Ha pasado ya dos semanas después de la noticia,
No es fácil creer que tan fuerte llegaste a caer,
Dejaste el color oscuro claro,
Por un amarillo maltratado.

Veo que tus manos que tocaban la guitarra,
Como se empiezan a cambiar a frías,
Y tu poderosa mirada,
Empieza a descansar en la cama.

Necesito más tiempo contigo,
Todavía me falta crecer a tu lado,
Necesito la esperanza de verte otra vez,
Sonriendo como lo solías hacer.

No quiero ser ese pilar tan temprano,
Si tan solo pudieras ver la tragedia,
El ver a mi pequeño hermano,
Y abrazar a la débil de mi madre.

Siento como esa energía y vitalidad,
Es arrebatada de mis manos,
Y vuela alto, para no verte jamás,
Puedo besar tu frente antes de decirme adiós.

Escucho el grito de mi madre,
Y yo solo te abrazo fuerte,
Esa necesidad de no dejarte marchar,
Esa envidia de querer tenerte.

Suplico entre tu pecho,
Lloro mientras me destrozo por dentro,
El maestro con el que un día cante,
Hoy se va, para no regresar.

Mi padre, aquel gigante mentor,
Mi ejemplo, mi viejo pastor,
El bohemio cantante,
Que cantaba con el corazón.

Hoy te vas de mis manos,
Descansas con la tranquilidad de tu conciencia,
De que siempre hiciste lo correcto,
Y diste de tu amor, una lección.

Hoy te vas de ese cuerpo tan frágil,
Para quedarte siempre en mi corazón.

(dedicatoria a mi abuelo).

-Edgar Rodríguez

viernes, 2 de noviembre de 2012

"que cosa cambio?"

Después de tanto tiempo,
Por fin hoy logro darme cuenta,
Del error que agobia mi vida,
De que quizás el amor no es lo que siento.

Preguntante el día que te conocí,
Tanto tiempo y sigo a la espera,
Realmente crees que no me importa,
Crees que seguiré esperando aquí?

Quizás y fue mi culpa,
Al pensar un futuro cercano,
Donde estemos relacionados,
Por un sencillo, te extraño.

Me voy si es lo que quieres,
No importa lo que deje ayer,
Si bien aprendí algo,
Un corazón roto jamás se puede unir.

Porque un amor duele,
De eso no me queda duda,
Yo también sufrí por una mujer,
Y tu quizás también por un hombre.

Sé que te cuesta creer,
Que yo soy diferente a el,
Sé que es difícil verme distinto,
A lo que tus ojos ven como mismo.

Aprendí que con el tiempo,
No se puede confiar en un sentimiento,
Que el amor es estúpido,
Pero sigues en mi pensamiento.

Que un clavo no saca otro,
Pues la cicatriz marcada,
Jamás será borrada,
Porque un corazón dañado jamás es reparado-

Parece un cuento lo que vivo,
Mujeres que se nombran princesas,
Que dicen ser divinas y perfectas,
Pero acaso no es obvio seguir solo.

Dime alguien que no falle,
Alguien que sin querer te dañe,
Pídeme un deseo que este a mis manos,
Que con desearlo pueda lograrlo.

La fantasía tanto tiempo fue mi vida,
Porque te veía cada día,
Hoy te sueño en la mañana,
Para despertar y no ver tu sonrisa...

Quizás las palabras son las que mas duelen,
Que espero que algún dia,
Alguien se dé cuenta que mi vida,
No es similar ala tuya.

Hoy me doy cuenta que quizás,
Y mi corazón se equivoco,
Que quizás y amor jamás existió,
Hoy no quiero imaginar que es verdad.

Que hoy gracias a ti escribí,
Pero no de la manera que quizás pedí,
Después de tanto tiempo sin querer,
Me inspiraste a anotarlo en papel.

Quizás y no fue la mejor manera,
Sabes....que son cosas que duele al guardarlas,
Que al no saber decirlas se narran sobre el papel,
Esperando a que algún dia las puedas entender.

Hoy trazamos caminos distintos,
Para que quizás un día, hacerlo el mismo,
Hoy te despido de mis manos,
Para que vueles hacia lo alto.

-Edgar Rodríguez

"el narcotrafico en el pais"

Otra vez vuelve la melancolía,
De recordar como las calles,
Empiezan a cambiar,
Y las estrellas dejan de brillar.

Es un constante cambio entre la vida,
Y un duelo entre la dignidad,
Se aprecia en el rostro el miedo,
Que consume a nuestra sociedad.

Es triste que la violencia,
Sea una forma de existencia,
Que corrompa las naciones,
Destrozando corazones.

Me es difícil aceptar que una sola persona,
Pueda cambiar el panorama de la vida,
Que el fin de lucro sucio,
Pueda arrebatar un hombre justo.

Me da rabia el recordar las calles,
Donde florecía la felicidad,
Abatida por el miedo y la injusticia,
De esta maldita sociedad.

Me cuesta creer que tan rápido,
Crece la madurez de un niño,
Me da tristeza el imaginar,
Como se convierten en adulto.

El narcotráfico no es más que cáncer,
Que destruye lentamente el placer,
De gozar de una vida en plenitud,
Para convertirla en un ataúd.

Cada día levantarse con una nota roja,
No tiene por qué ser normal,
El llorar un asesinato,
No tiene por qué ser necesario.

Me es fúnebre pensar,
En todas esas personas,
Que lloran por una tragedia,
Que azota esta nación,

Estar prisionero de un arma,
No es una manera de vivir,
El tener miedo de salir a caminar,
No es forma de existir.

Hoy tengo miedo, del cambio,
Que nos consume a diario,
Hoy tengo miedo que el homicidio,
Se vuelva nuestro única salida.

No es manera de vivir, el cargar con un arma,
No es un honor el ser parte de esta matanza….

-Edgar Rodríguez

Filosofía de vida, aprendizaje del andar.

 ¿Realmente necesito de alguien para sentir amor, me refiero calor, sentir como los cuerpos chocan y colisionan en pasión? Me explico, dan s...