lunes, 5 de noviembre de 2012

"Ya nada es igual".

En que momento dejamos de tener el calor,
Cuando dejo de ser primavera, para ser invierno,
Todavía me imagino corriendo detrás de ti,
Gritando estar juntos hasta el fin.

Tantas veces que decir no ser romántico,
Se corrompía al solo mirarte un rato,
Tu fingiendo ser tan débil,
Yo buscando proteger tus pasos.

En que momento dejo de existir amor,
Cuando el calor de tus manos se esfumo,
Me es difícil es recordarte en el ayer,
Donde tú solías ser mi única mujer.

Dejamos de ser románticos y tiernos,
Para ser fríos, sin sentimientos,
Deje de correr detrás de tus pasos,
Cuando aprendí que ya no era lo indicado.

Cuantas veces luche yo detrás de ti,
Y puedes verme, sigo aquí,
Esperando a que cambies otra vez,
Y tus labios me recuerden a la miel.

Lo peor de todo es que sabemos que no es igual,
Que a pesar de que te vuelva a amar,
Nuestro cariño se perdió en la distancia,
Dejando por completo la esperanza.

Siento el recordar nuestro pasado,
El rozar tus labios y no querer soltarlos,
Fingir morir de frio,
Para tomarte de la mano.

Tantas primaveras vivimos juntos,
Quizás te suene absurdo,
Pero en tan solo dos años,
Parece que fuimos uno.

Fue un bendito 2 de agosto,
Cuando de tus ojos iluminaron mi sendero,
Nunca creí que tan bella mujer,
Cambiase tan difícil ser.

Recuerdas nuestras risas interminables,
Cuando yo te gritaba, siempre serás mía,
Nunca me canse de decirte mi vida,
De que a tu lado, estaría siempre.

Hoy veo como la armadura que algún día nos unió,
Hoy se oxida y cae por esa falta de amor,
Hoy tengo un hueco en el pecho,
Tú sabes el porqué de mis hechos.

Nunca fue falta de amor, quizás nos falto intentar,
Si sabias que por ti daba mi vida,
Que cambio entre nosotros,
Me sigo preguntando mientras sueño.

Vete, tengo la necesidad de verte,
Pero me lastima el quererte,
Finges indiferencia por este ser,
Que solo busca darte todo de él.

Perdóname mi bella rosa,
Tus grandes espinas fueron más grandes,
Que los pétalos que cubrían tu alma,
Me causaba más dolor el acariciar tu calma.

Me fallaste, o quizás fui yo,
Bien merecido tenemos un adiós,
No fue el destino, fue falta de amor,
La cambio nuestro corazón.

-Edgar Rodríguez

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