viernes, 28 de diciembre de 2012

Mi ambrosía

El pensar que la vida corre tan deprisa,
Como para ignorar tu mirada,
El pensar que tan fácil,
Me llegaría a enamorar.

Esa sensación de mariposas en el abdomen,
El reconocer aquel dulce perfume,
Y saber que aquel dulce manjar,
Algún día llegaría a probar.

Eres mi ambrosía,
Eres aquella bella rosa,
Con delicados pétalos,
Que protegen con aquellas espinas.

Eres la luz que ilumina,
Aquel bello corazón,
Que me provoca a equivocarme,
A caer y volver a levantarme.

Eres las rimas de mi cuaderno,
Eres la poesía que escribo,
Aquel beso tan tierno,
Cuando suelo rozar tus labios.

Inspiración y poesía,
Ilusión y esperanza,
Y todo encaja,
En una sola persona.

Quiero que sigas siendo la misma llama,
Que encendiste en mi hace tiempo,
Qu no se desgasta a pesar de los días,
Y va aumentando cuando te conozco.

Fue de esas veces que un simple hola,
Marca una historia con su después,
Que aparenta ser perfecta,
Y todo se concentra en tu ser.

Se que quieres ser perfecta,
Si tan solo supieras,
Que solo busco enamorarme,
De lo que eres tu.

Porque el solo hecho de mencionarte,
Te convierte en especial,
En alguien tan ideal,
Con quien me gusta estar.

Enamorarte todos los días,
Sacar tus mayores sonrisas,
Y curar tus mas grandes heridas,
Ser quien seque tus lagrimas,
Y las convierta en sonrisas...

Eso es lo que quiero ser...

domingo, 16 de diciembre de 2012

lo obscuro de mi cuaderno, eres tu...

Tantas ilusiones marca el papel,
Sabes de esas que se escriben sin querer,
Es el momento perfecto donde el corazón,
Narra todo, lo que llega a querer.

Ese momento tan sensible,
Donde parece que la luna y la pluma se conectan,
Para hablar de manera profunda,
Y desnudar el alma por completo.

Es posible que tan solo un momento,
Baste para destruir un sueño,
Convertirlo a trizas tan pequeños,
Que no sepas el orden de lo que pensaste.

Me cuesta trabajo el pensar,
Como las palabras llegan a causar,
El mismo dolor, que aquel puñal,
Del mismo filo, que un cristal.

Créeme que jamás imagine,
Que tan fuerte llegaría a caer,
Fue karma o destino,
Yo le llamo mujer con mucho carácter.


Son de esas cicatrices internas,
Donde no hay alcohol que las cure,
Ni recuerdos para sanarlas,
Solo el ardor de aquel ayer.

Queda un simple bohemio,
Cantándole a la luna sus defectos,
A ver si algún día escucha mis versos,
O cambia de prospecto.

Ese momento perfecto donde el mas cabrón,
Habla con la cabeza, pero más con el corazón
En lo profundo de un rincón,
Donde vuelve a huir por miedo al error.

Ese mismo poeta que huye en sus poesías,
En versos escritos ala luna,
Donde no hay mujer que pueda destrozar,
Tan bella escritura.

Me siento tan decepcionado,
Escribiendo a un simple cuaderno,
Esperando que sea el,
Quien cure mis desvelos.


Tantos pensamientos brotan de mi cabeza,
Que es difícil hablar con certeza,
Tengo tanta inquietud en la boca,
Que callo para ver, su respuesta.

Es un eco tan profundo,
Que solo escucho mis discursos,
No hay respuesta de nadie,
Solo un tonto hablando alas calles.

Difícil solucionar un poeta triste,
Pero mas difícil el no tener a quien escribirle,
Solo un verso al viento,
Que llegue a donde yo te lleve.

-Edgar Rodríguez

sábado, 1 de diciembre de 2012

la mujer de mi vida

O dichosa Reyna de este corazón,
Que guarda en cautiverio tu regreso,
Que espera como aquel niño
Su regalo de año nuevo.

Vuelve a mis brazos lo más posible
Que a pesar de ser poco tiempo,
Necesito de tus halagos,
Necesito tiempo para estar en tus brazos.

Tengo todavía estas cartas de jóvenes,
Cuando solíamos platicar de nuestro futuro,
Son más de cincuenta años juntos,
Y todavía no hay mal que nos separe.

Tú tan inocente, y yo tan brusco,
Yo buscando mi libertad,
Tu buscando conquistar mi forma de amar,
Sin darte cuenta, en aquel futuro indeciso.

No sé que tenía tu mirada, que sigues teniendo,
Ni aquellos labios rojos, que me siguen diciendo,
Que a pesar de que pasa el tiempo,
Tu rostro se sigue viendo perfecto.


Es la gracia de dios quizás,
La que nos hizo dueños de este hogar,
Apreciando la vista de aquello hermosos pinos,
Donde solíamos cortar un poco de leña.

Esa pequeña choza lejos de la ciudad,
Donde unimos nuestros caminos,
Solo somos un par de ancianos,
Unidos por nuestros latidos.

Yo fumando aquel mi viejo cohíba,
Tú cortando las más bellas rosas,
Para podar en nuestra mesa,
Donde suele esperar alguna copa.

Tantos años y me sigo preguntando,
En donde fue que nació este aprecio,
A la mujer tan imperfecta,
Que amaría como la única y más perfecta.

Son tantas historias recorren estas arrugadas manos,
Tantas caricias que contar de mis labios,
Y tus cálidos pasos acompañando los míos,
Cada vez más lentos pero unidos.


Sigues siendo aquella perfecta mujer,
Que conocí hace años,
La misma niña de la cual me enamore,
Y la cual jamás dejare de querer.

No importa cuantas arrugas tengas,
Cuantos defectos aparezcan,
Tú siempre serás esa princesa,
que para mi, fue perfecta.

-Edgar Rodríguez

Filosofía de vida, aprendizaje del andar.

 ¿Realmente necesito de alguien para sentir amor, me refiero calor, sentir como los cuerpos chocan y colisionan en pasión? Me explico, dan s...