jueves, 22 de agosto de 2013

" un milagro inesperado".

Veo un tus ojos una mirada difícil de descifrar,
Tengo la inquietud de que guardara,
Llevas un hermoso vestido rosa,
Donde eres la princesa insegura.

Tengo la inquietud de gritarle al mundo,
Veo tus manos delicadas en blanco,
Donde no sienten, ni transmiten calor,
Son pedazos de hielo unidos.

Deberíamos de estar sonriendo,
Tu estas en el lado correcto,
Pero los dos sabemos que nos faltó tiempo,
Tiempo para llegar una conclusión.

Siento la mirada triste de mis padres,
Una decepción, un nudo en el alma,
Hemos fallado mi quería amada,
Por falta de madurez y enseñanza.

A pesar de que permanezcamos unidos,
Ya llevamos en manos a un niño,
Hizo un cambio radical en nuestras vidas,
Tanto, que perdimos nuestra chispa.

Dejamos de ser jóvenes, para convertirnos en adultos,
Olvidamos lo atrevido en la oscuridad,
Para ser dos personas, destinadas a un futuro incierto,
Donde nosotros ya no somos primero.

Es un gran paso hacia la vida real,
Y un retroceso a la vida actual,
Empezamos a cambiar de papeles,
Ala vez que soñábamos ser gigantes.

con cariño para todos esos padres jóvenes, que tienen un milagro en las manos.

-Edgar Rodríguez

"la misma euforia que me llevo a comer el mundo a puños, es mismo que hoy me da miedo descubrir."

Muchas veces buscamos un lugar profundo,
Donde escribir bajo el sol, no queme,
Donde los versos corran sin prisa,
Buscando el brillo de la brisa.

Tengo la inspiración de un niño,
Tratando de encontrar sus sueños bajo la almohada,
Pienso demasiado en el pasado,
Que incluso ignoro mi presente añorado.

Tengo entre mi espalda un puñado de escritos,
Que me incitan a escribir mis instintos,
Eh dejado de pensar en mi presente,
Para dibujar en tu delicada frente.

Busco la inspiración en los ojos,
Pero no en los ajenos,
Quisiera que pudieras observar,
Lo que miro al ver el espejo.

Pienso en la ansiedad de las personas,
Que ven la tristeza como algo desastroso,
Pero para mí es un espacio entre mi alma,
Y el corazón tan duro que llevo dentro.

Empecé a escribir con el alma,
Cuando dejaron de importarme las rimas,
Es inusual que escribiendo salgan ellas,
Escondidas en mis libretas.

Tengo el peso gigante de un mundo,
Que pisa tan fuerte que a veces pienso,
En qué momento decidí vivir,
Que no quiero jamás morir.

Mis escritos dejaron de ser bellos hace tiempo,
Cambio el poeta con ilusión
Para volver a ser el poeta crudo,
Volví a sentir la vida de otra postura.

Vi nacer y morir en un segundo,
Es que en parte escribiendo dejo de analizar,
Para empezar a escribir y diseñar,
Una historia que no sucedió jamás.

Estas lágrimas de hierro,
Que son tan pesadas que no corren con el viento,
Y las guardo en minas tan preciadas,
Que son ajenas al conocimiento de la personas.

Son astillas tan profundas,
Que a pesar del dolor interno,
Prefiero mantener en secreto,
Como un romeo, sus besos.

No debería de existir el miedo de salir a las calles, la misma euforia que me llevo a comer el mundo a puños, es mismo que hoy me da miedo descubrir.
-Edgar Rodríguez

Filosofía de vida, aprendizaje del andar.

 ¿Realmente necesito de alguien para sentir amor, me refiero calor, sentir como los cuerpos chocan y colisionan en pasión? Me explico, dan s...