Vuelve a mi te lo
suplico día a día,
Esa inspiración mía que
ha partido a prisa,
Regresa te lo suplico mirando
hacia el piso,
No tengo orgullo solo
miedo de no volver a ser el mismo.
Sabes que te necesito
en el día y en la noche,
Cuando sale el sol y
brota el opaco lunar del norte,
Tú eres la alegría, la
melancolía en una misma,
Necesidad astronómica
de mi vida a prisa.
No has partido por
completo todavía,
Siento en ocasiones tu
abrazo y tu colonia,
Aroma de esperanza,
calor de arrogancia,
Así luce un poeta sin
esperanza.
Te necesito
constantemente en mis escritos,
Donde se pierde el
estilo y miedo de ser uno mismo,
Donde se descarga en
trivio toda condena,
Seamos uno nuevamente
cortemos la espera
Y así nada más dejar de
culpar al tiempo,
Esta ausencia de
creatividad fugaz,
Porque al final de
cuentas sigo teniendo,
Esa personalidad capaz
de fugar.
Y heme aquí nuevamente,
retomando el norte,
Subiendo y bajando de
esta carrera,
Eliminando la tristeza
y buscando la felicidad,
Dejando que las criticas
hablen de su realidad.