jueves, 22 de agosto de 2013

" un milagro inesperado".

Veo un tus ojos una mirada difícil de descifrar,
Tengo la inquietud de que guardara,
Llevas un hermoso vestido rosa,
Donde eres la princesa insegura.

Tengo la inquietud de gritarle al mundo,
Veo tus manos delicadas en blanco,
Donde no sienten, ni transmiten calor,
Son pedazos de hielo unidos.

Deberíamos de estar sonriendo,
Tu estas en el lado correcto,
Pero los dos sabemos que nos faltó tiempo,
Tiempo para llegar una conclusión.

Siento la mirada triste de mis padres,
Una decepción, un nudo en el alma,
Hemos fallado mi quería amada,
Por falta de madurez y enseñanza.

A pesar de que permanezcamos unidos,
Ya llevamos en manos a un niño,
Hizo un cambio radical en nuestras vidas,
Tanto, que perdimos nuestra chispa.

Dejamos de ser jóvenes, para convertirnos en adultos,
Olvidamos lo atrevido en la oscuridad,
Para ser dos personas, destinadas a un futuro incierto,
Donde nosotros ya no somos primero.

Es un gran paso hacia la vida real,
Y un retroceso a la vida actual,
Empezamos a cambiar de papeles,
Ala vez que soñábamos ser gigantes.

con cariño para todos esos padres jóvenes, que tienen un milagro en las manos.

-Edgar Rodríguez

"la misma euforia que me llevo a comer el mundo a puños, es mismo que hoy me da miedo descubrir."

Muchas veces buscamos un lugar profundo,
Donde escribir bajo el sol, no queme,
Donde los versos corran sin prisa,
Buscando el brillo de la brisa.

Tengo la inspiración de un niño,
Tratando de encontrar sus sueños bajo la almohada,
Pienso demasiado en el pasado,
Que incluso ignoro mi presente añorado.

Tengo entre mi espalda un puñado de escritos,
Que me incitan a escribir mis instintos,
Eh dejado de pensar en mi presente,
Para dibujar en tu delicada frente.

Busco la inspiración en los ojos,
Pero no en los ajenos,
Quisiera que pudieras observar,
Lo que miro al ver el espejo.

Pienso en la ansiedad de las personas,
Que ven la tristeza como algo desastroso,
Pero para mí es un espacio entre mi alma,
Y el corazón tan duro que llevo dentro.

Empecé a escribir con el alma,
Cuando dejaron de importarme las rimas,
Es inusual que escribiendo salgan ellas,
Escondidas en mis libretas.

Tengo el peso gigante de un mundo,
Que pisa tan fuerte que a veces pienso,
En qué momento decidí vivir,
Que no quiero jamás morir.

Mis escritos dejaron de ser bellos hace tiempo,
Cambio el poeta con ilusión
Para volver a ser el poeta crudo,
Volví a sentir la vida de otra postura.

Vi nacer y morir en un segundo,
Es que en parte escribiendo dejo de analizar,
Para empezar a escribir y diseñar,
Una historia que no sucedió jamás.

Estas lágrimas de hierro,
Que son tan pesadas que no corren con el viento,
Y las guardo en minas tan preciadas,
Que son ajenas al conocimiento de la personas.

Son astillas tan profundas,
Que a pesar del dolor interno,
Prefiero mantener en secreto,
Como un romeo, sus besos.

No debería de existir el miedo de salir a las calles, la misma euforia que me llevo a comer el mundo a puños, es mismo que hoy me da miedo descubrir.
-Edgar Rodríguez

domingo, 14 de julio de 2013

"esa sonrisa de niño"

Quien diría que la mejor etapa de la vida,
Es cuando aprendes a caminar bajo la lluvia,
Sin pretexto de un resfriado,
O ensuciar el calzado.

Es una etapa donde ser joven es maravilloso,
Correr bajo la luz de un gigante rostro,
Amarillo y cálido como el fugo,
Que deslumbra color y amor.

Esa etapa donde caer era sanar rápido,
Y los rencores morían con conversaciones,
Donde dialogar esa de señores,
Un simple juego era suficiente.

Esa parte de admirar la belleza,
Tanto física como psicológica,
Donde no había amor hacia un género,
Sino hacia un sendero… la vida.

Todavía imagino las pláticas de mis padres,
Donde sonreían mientras pronunciaba su nombre,
Era un vivir y disfrutar inimaginable,
Y no existía problema imposible.

Esa cualidad que muchas veces creemos perder,
Es la misma que tenemos al crecer,
Es esa parte interna de nuestro yo,
Que expresa los mayores sentimientos.

Pero creemos que por crecer,
Dejamos de tener sensaciones,
Que no hacían soñar a lo grande,
O compararnos con superhéroes gigantes.

-Edgar Rodríguez

domingo, 23 de junio de 2013

"son esos tus besos de hielo"

Son esos tus besos de hielo,
Los que suplicabas en mis sueños,
Donde te quedaste grabada,
Como retrato de portada.

Fuiste tú quien marco el episodio,
Donde amor era más que un léxico,
Fue una historia con un final incompleto,
Donde la fantasía se terminó derrumbando.

Tengo la última carta que me escribiste,
Está en el primer buro de mi habitación,
Solo busco el momento adecuado,
Para hacer de él un cigarrillo de tabaco.

Siento impotencia de verlo a tu lado,
Que tan cierto es que no fui el indicado,
Que tú buscabas diversión al máximo,
Y yo solo quería tu corazón a cambio.

Veo los días de un color obscuro,
Y claro que tú tuviste parte de culpa,
Dejaron de brillar mis ojos claros,
y escondí mi sonrisa en la sombra.

Pero te puedo apostar algo hermosa reina,
Que si partimos diferentes caminos,
Es para no volver a coincidir en los mismos,
Me marcho para buscar nuevos objetivos.

Te besaría tu frente desnuda,
Mientras te susurro un te amo sin duda,
Pero que solución tiene sino es tiempo,
Si olvidarte se convierte en todo un reto.

Esta emoción en parte es magnífica,
El hecho de tener soledad y melancolía,
Me hace apreciar los detalles de la vida,
Para levantarme de esas fuertes caídas.

Esta carta la escribí al viento,
Esperando que llegue y te susurre en sueño,
Buscando consolar tu alma rota,
Expresando mi solidaridad de sentimientos.

Hoy maduramos hacia un nuevo rumbo,
Te deseo la suerte del mundo,
Abraza y besa la vida con todo el cariño,
Como el abrazo de un padre al niño.

Y no te preocupes, ya no me tortura la misma canción,
Con la que bailamos tango en un rincón,
Y no te preocupes por mi llanto,
Ya no hace eco en la habitación.

-Edgar Rodríguez

martes, 4 de junio de 2013

"donde quedo aquel niño"

Estoy exhausto en lo obscuro de mi habitación,
Escucho el latido insensible de mi corazón,
Es un comportamiento tan fantasioso
Que ignoro un sentir tan silencioso.

Pienso con los ojos hacia el espejo,
Noto el cambio radical de mi frente,
El desgaste continúo de mi piel,
Que ahora empiezan a doler.

Me encanta estar en silencio pensando,
Divagando en mi mente, viajando,
Hacia un lugar donde no hay edad,
Donde el tiempo nunca avanza.

Es tan penetrante el recordar anécdotas,
De joven cuando solía hacer historietas,
Jugar a ser niño por siempre,
Verlo aterrizado en las manos de un adulto.

Con ambición de ser un hombre de negocios,
De ser un tipo justo con los socios,
El niño con inocencia, cambio,
Por un joven con incertidumbre al cambio.

Dejo de derramar lágrimas blancas,
Que añoraban un capricho,
Por unas lágrimas obscuras,
Que suplican un mejor camino.

Veo el terror en la gente al madurar,
De dejar de creer en fantasías,
Para empezar a saldar unas cuentas vacías,
Con la intención de marcar sus vidas.

Donde quedo el espíritu pionero de antes?,
Que florecía ante las adversidades,
Donde escondimos el niño inocente,
Que se asombraba con los aviones.

El mismo niño que cantaba canciones,
Que sacaba la lengua para deslizar tensiones,
Por un hombre con voz ronca,
Y sueños sin una meta corta.

-Edgar Rodríguez

sábado, 4 de mayo de 2013

"mi mejor amor".

Tengo en la mente a la mejor mujer,
Si, a esa que tu conoces muy bien,
A esa hermosa mujer que nunca me case,
A esa misma persona que siempre soñé.

Es un ejemplo y pilar de mi vida,
Es única y autentica,
Hermosa y carismática,
Tiene miles de cualidades.

Que es difícil nombrar cada uno,
Porque el hecho de mirarla a los ojos,
Me provoca un sentimiento de admiración
De un gigante amor.

Es ese tipo de mujer con la que puedes confiar,
Ala que puedes abrazar todo el día,
Ala que puedes amar sin cansarte,
Y decirle que es hermosa siempre.

Tiene el carisma de una niña,
Y la madurez de una mujer,
La actitud de vivir al máximo,
Con la responsabilidad de sus actos.

Me temo decir que no soy el único en decir,
Que esa mujer es magnífica,
Que daría mi vida, en cambio de la suya,
Que la cuidaría hasta el último de mis días.

Si es esa mujer por la cual agradezco a diario,
De ponerla a mi lado,
De poder abrazarla y decirle reina,
Princesa, y de más halagos.

Es esa mujer, con la que quisiera vivir siempre,
Es esa única mujer que puedo confiar ciegamente,
Es esa única mujer, que puedo valorar sin ver,
Y confiar demasiado sin tener.

Si, hablo de una mujer que es real y tangible,
No un cuento de hadas increíble,
Es una mujer que muchos ven,
Pero a veces no apreciamos.

Estoy hablando de esa mujer,
Que dio parte de si, para que estuviera aquí,
Esa mujer que me cuido y protegió,
Cuando era un simple embrión.


Felicidades en tu día hermosa reina, madre, ejemplo, amor, y miles de cualidades, gracias por enseñarme a diario miles de lecciones y poder contar contigo.. en todo momento.. te amo madre, gracias por todo!

-Edgar Rodríguez

miércoles, 6 de marzo de 2013

un triste poeta

Hoy dejo de ser el poeta con sonrisas,
Convierto mis versos en cenizas,
Tengo cicatrices en mi frente,
Que no curan con el paso de la aguja.

Tengo en la mente tantas cosas,
Hoy dejo de ser aquel fuerte,
Para sentir melancolía en mis letras,
Para inspirarme de mi tristeza.

Oculto lo obscuro de mi ser,
En una caja negra que jure no ver,
Hoy siento el goteo constante,
De lágrimas que no saben reprocharme.

Corre por mis venas la pasión,
La euforia sin conocer la razón,
Tengo un sentimiento tan gris,
Que no sana con ningún matiz.

Busco el silencio entre los gritos,
Intento escuchar mi voz, callada por suspiros,
Son pesos tan grandes que solo a veces,
Me hacen fracasar en el intento.

Siento lo negativo, el filo, el daño,
El paso del tiempo, que se lleva mis sueños,
Tengo todavía aquel miedo,
Que no se va, por más que lo intento.

Hoy no corren sonrisas de mis labios,
Solo derramo lágrimas en mi cuaderno,
Intento ser la roca que siempre fui,
Me siento tan débil, como un alfil.

Siento un hueco en el pecho,
Tengo indeciso mis pensamientos,
Pienso demasiado estando solo,
Que callo tanto, cuando necesito decirlo.

Siento que es la primera vez,
Que mis escritos se llenan,
Con la ceniza que brota de mis labios,
Y los llantos de este muchacho.

Siento por la espalda,
Las sombras que me maltratan,
Me hacen pensar en mi pasado,
Que supero conciliando el sueño.

Mi equilibrio siempre fue el saber,
El ser fuerte, y nunca caer,
Pero ya no puedo soportar,
Las cargas bajo mi espalda.

Tengo la sensibilidad de un niño,
Tengo esperanzas en mis ojos,
Pero hay nubes que me impiden ver,
Incluso un simple atardecer.

No se por alguna razón, deje de tener fe,
En aquello que yo solía ser brillante
En mis cualidades gigantes,
Que hice pequeñas e insignificantes.

Sé que necesito de ti,
Sabes que te escribo, y me escuchas,
De alguna manera me ayudas,
Me das fuerza para pensar más en mí .

Hoy me pongo de rodillas ante ti,
Soy un viejo joven cansado de sufrir,
Escuchas mis plegarias en tu templo,
Sana a este pecador, del infierno.

-Edgar Rodríguez

sábado, 2 de febrero de 2013

cuando estoy contigo

Siento ese pálpito en mi pecho,
Cuando rozo tu piel con mis dedos,
La ternura de tus labios rosas,
Con la textura de mi boca.

Es esa sensación que corre por mis venas,
Es el viento elevando tu pelo,
Es tan tierno como aquel sueño,
De estar juntos en invierno.

El tiempo transcurre a su paso,
Pero la sensación de verte no disminuye,
Aumenta cuando te beso,
Es raro el explicar, que pasa al verte.

Son de esas sensaciones tan naturales,
Que hacen reflejar una sonrisa,
Dibujada en mis mejillas.

Escribo sobre mi cuaderno,
Mientras miro una foto tuya en mi escritorio,
Busco las palabras más precisas,
Para explicar con certeza.



Lo que siento en mi corazón,
Es tan complejo de explicar,
Siento la necesidad de correr y gritarlo,
De decir que por primera vez eh cambiado.

Me gustas tanto, pero eso no es lo complicado,
Lo diferente es que yo cambio,
Me has hecho tan distinto,
Pero siempre conservándome a mí mismo.

Sigo siendo el mismo frio muchacho,
Pero contigo soy un cálido regazo,
Sigo siendo el mismo despreocupado,
Que busca amor en tu corazón.

Sigo el siendo el mismo poeta,
Que narra historias con el corazón,
Sigo siendo el mismo trovador,
Que te prefiere a ti, antes que cualquier canción.

Sigo siendo el mismo inmaduro,
Que haría estupidez por amor,
Sigo siendo el mismo niño,
Que se enamoró de ti, con una flor.

-Edgar Rodríguez

domingo, 27 de enero de 2013

te vas de mi

Sabes que tan difícil es entrar en tu corazón,
Sé que puedes verte en aquel espejo,
Donde reconocías mis ojos,
Mientras susurraba una canción.

Sé que eres dura como el acero,
Pero frágil como el cielo,
Que buscas ignorar tus sentimientos,
Pero el corazón es el que guía primero.

Sé que a veces suelo ser un patán,
Que te roba el aliento al amar,
Pero es una forma natural de amarte, cariño,
Sin que caigas del precipicio.

Puedes tirar nuestras viejas cartas,
Incluso fumar nuestras notas,
Pero la poesía que escribí,
Esa….la tatué en ti.

Hoy te quieres marchar de mi vista,
Y no hay nadie que interponga tu ruta,
Pero dime qué necesidad de suplicar,
Si te vas, no vuelvas a regresar.


Sabes que soy frio, incluso en verano,
No te enojes si no te doy calor,
Tú sabes que a pesar de ser frio, te daba amor,
Pasando mis besos a través de tu mano.

Sigues siendo la misma niña pequeña
Que cree que haciendo berrinches me tenía,
Madura un poco mi hermosa niña,
Que 24 no es edad de diva.

Sigo siendo la misma persona,
Quizás tú tardaste en darte cuenta,
Sé que no tengo que disculparme,
Pero perdóname si no fui quien soñaste.

Antes de que tomes tu maletas,
Quiero un último beso tuyo,
Quiero sentir como se deslizan tus lágrimas,
Que mueren en mis mejillas.

Adiós gran y fuerte mujer,
Te has ido por no querer ver,
Que siempre fui el mismo chico,
Que soñó con estar contigo..


El mismo que siempre te amo,
El mismo que hoy llora en su habitación,
La puerta siempre estará abierta,
Como parte de mi corazón.

-Edgar Rodríguez

jueves, 10 de enero de 2013

No es un adiós....

Hola dulzura como te va en la vida,
Es el día, o no has comido todavía?
Notas como se acelera mi corazón?
Cuando apenas siento tu calor.

No quiero verte de esta manera,
Siempre fuiste la dura.. Lo recuerdas?
No quiero verte con la frente agachada,
Quiero que sonrías al verme….

Recuerdas cuando nos casamos,
Aquella vieja canción bajo el sol,
Yo siendo un simple trovador,
Y tu mi mayor inspiración.

Era tan libre como la nada,
Y tan tuyo, como mi todo,
Han pasado varios años,
Y el cuerpo se ha agotado.

Quisiera poder cantarte aquella,
Nuestra vieja canción,
Que me hacía vibrar al tocar la guitarra,
Y me aceleraba el corazón.

Tenemos tantas historias en la memoria,
Que si quisiese contarlas no acabaría,
Siento tanto amor corriendo por mis venas,
Y siento pena al verte, sola..

No es como si pudiera levantarme de aquí,
Es como una prisión tan difícil de salir,
Tengo tanto que decirte,
Me duele que solo pueda verte.

Quizás y el silencio, me permitiera,
Que mi corazón hablara a ciegas,
Necesito que sepas que antes de partir,
Tu siempre fuiste la luz de mi.

Que a pesar de ser un hombre frio,
Siempre trate de ser buen esposo,
Que corta es la vida,
Como un segundo te arrebata todo.

No es una despedida querida,
Es un después, créeme
Me voy ahora,
Pero te volveré a ver.

Limpia las lágrimas de tu mejilla,
Que todavía sigo a tu orilla,
Tengo más que decir que tiempo,
Tengo todo, escrito en mi cuaderno.

Toma mi mano, antes de que desvanezca,
Siente mi pulso, como cambia de curso,
Que ahora corre bajo tu corazón,
Mientras yo solo te observo desde un rincón.....


viernes, 28 de diciembre de 2012

Mi ambrosía

El pensar que la vida corre tan deprisa,
Como para ignorar tu mirada,
El pensar que tan fácil,
Me llegaría a enamorar.

Esa sensación de mariposas en el abdomen,
El reconocer aquel dulce perfume,
Y saber que aquel dulce manjar,
Algún día llegaría a probar.

Eres mi ambrosía,
Eres aquella bella rosa,
Con delicados pétalos,
Que protegen con aquellas espinas.

Eres la luz que ilumina,
Aquel bello corazón,
Que me provoca a equivocarme,
A caer y volver a levantarme.

Eres las rimas de mi cuaderno,
Eres la poesía que escribo,
Aquel beso tan tierno,
Cuando suelo rozar tus labios.

Inspiración y poesía,
Ilusión y esperanza,
Y todo encaja,
En una sola persona.

Quiero que sigas siendo la misma llama,
Que encendiste en mi hace tiempo,
Qu no se desgasta a pesar de los días,
Y va aumentando cuando te conozco.

Fue de esas veces que un simple hola,
Marca una historia con su después,
Que aparenta ser perfecta,
Y todo se concentra en tu ser.

Se que quieres ser perfecta,
Si tan solo supieras,
Que solo busco enamorarme,
De lo que eres tu.

Porque el solo hecho de mencionarte,
Te convierte en especial,
En alguien tan ideal,
Con quien me gusta estar.

Enamorarte todos los días,
Sacar tus mayores sonrisas,
Y curar tus mas grandes heridas,
Ser quien seque tus lagrimas,
Y las convierta en sonrisas...

Eso es lo que quiero ser...

domingo, 16 de diciembre de 2012

lo obscuro de mi cuaderno, eres tu...

Tantas ilusiones marca el papel,
Sabes de esas que se escriben sin querer,
Es el momento perfecto donde el corazón,
Narra todo, lo que llega a querer.

Ese momento tan sensible,
Donde parece que la luna y la pluma se conectan,
Para hablar de manera profunda,
Y desnudar el alma por completo.

Es posible que tan solo un momento,
Baste para destruir un sueño,
Convertirlo a trizas tan pequeños,
Que no sepas el orden de lo que pensaste.

Me cuesta trabajo el pensar,
Como las palabras llegan a causar,
El mismo dolor, que aquel puñal,
Del mismo filo, que un cristal.

Créeme que jamás imagine,
Que tan fuerte llegaría a caer,
Fue karma o destino,
Yo le llamo mujer con mucho carácter.


Son de esas cicatrices internas,
Donde no hay alcohol que las cure,
Ni recuerdos para sanarlas,
Solo el ardor de aquel ayer.

Queda un simple bohemio,
Cantándole a la luna sus defectos,
A ver si algún día escucha mis versos,
O cambia de prospecto.

Ese momento perfecto donde el mas cabrón,
Habla con la cabeza, pero más con el corazón
En lo profundo de un rincón,
Donde vuelve a huir por miedo al error.

Ese mismo poeta que huye en sus poesías,
En versos escritos ala luna,
Donde no hay mujer que pueda destrozar,
Tan bella escritura.

Me siento tan decepcionado,
Escribiendo a un simple cuaderno,
Esperando que sea el,
Quien cure mis desvelos.


Tantos pensamientos brotan de mi cabeza,
Que es difícil hablar con certeza,
Tengo tanta inquietud en la boca,
Que callo para ver, su respuesta.

Es un eco tan profundo,
Que solo escucho mis discursos,
No hay respuesta de nadie,
Solo un tonto hablando alas calles.

Difícil solucionar un poeta triste,
Pero mas difícil el no tener a quien escribirle,
Solo un verso al viento,
Que llegue a donde yo te lleve.

-Edgar Rodríguez

sábado, 1 de diciembre de 2012

la mujer de mi vida

O dichosa Reyna de este corazón,
Que guarda en cautiverio tu regreso,
Que espera como aquel niño
Su regalo de año nuevo.

Vuelve a mis brazos lo más posible
Que a pesar de ser poco tiempo,
Necesito de tus halagos,
Necesito tiempo para estar en tus brazos.

Tengo todavía estas cartas de jóvenes,
Cuando solíamos platicar de nuestro futuro,
Son más de cincuenta años juntos,
Y todavía no hay mal que nos separe.

Tú tan inocente, y yo tan brusco,
Yo buscando mi libertad,
Tu buscando conquistar mi forma de amar,
Sin darte cuenta, en aquel futuro indeciso.

No sé que tenía tu mirada, que sigues teniendo,
Ni aquellos labios rojos, que me siguen diciendo,
Que a pesar de que pasa el tiempo,
Tu rostro se sigue viendo perfecto.


Es la gracia de dios quizás,
La que nos hizo dueños de este hogar,
Apreciando la vista de aquello hermosos pinos,
Donde solíamos cortar un poco de leña.

Esa pequeña choza lejos de la ciudad,
Donde unimos nuestros caminos,
Solo somos un par de ancianos,
Unidos por nuestros latidos.

Yo fumando aquel mi viejo cohíba,
Tú cortando las más bellas rosas,
Para podar en nuestra mesa,
Donde suele esperar alguna copa.

Tantos años y me sigo preguntando,
En donde fue que nació este aprecio,
A la mujer tan imperfecta,
Que amaría como la única y más perfecta.

Son tantas historias recorren estas arrugadas manos,
Tantas caricias que contar de mis labios,
Y tus cálidos pasos acompañando los míos,
Cada vez más lentos pero unidos.


Sigues siendo aquella perfecta mujer,
Que conocí hace años,
La misma niña de la cual me enamore,
Y la cual jamás dejare de querer.

No importa cuantas arrugas tengas,
Cuantos defectos aparezcan,
Tú siempre serás esa princesa,
que para mi, fue perfecta.

-Edgar Rodríguez

jueves, 22 de noviembre de 2012

la cicatriz de tu amor.

Bajo las lágrimas que cubren mi rostro,
Se desvanece la historia de nosotros,
Teníamos tantos cuentos que contar,
Que termine siendo yo la del final.

Tantas cicatrices tengo en mi persona,
Que a veces desconoce la plataforma,
En la que eh planteado mi vida,
Desde el día que empezaste a cambiar.

Fui la torpe esperando en cama tarde,
Mientras tú fingías trabajar horas extra,
La que rezaba porque saliéramos adelante,
La misma niña que te regalo su primer beso.

Siempre fuiste el príncipe de esta relación,
Yo trate de ser aquella mujer a tu decisión,
Quizás ese fue el error,
Me deje manipular sin control.

Todavía sigo aquí, sentada en el mismo rincón,
Llorando nuestra primera canción,
Recuerdas aquel baile de graduación?
Donde me besaste, diciendo” mi amor”.


Quiero imaginar que es tu conciencia,
Que pesar de que es constante,
Tu corazón sigue siendo el de antes,
Quiero que vuelvas a ser ese hombre.

Que no tocaba a una mujer con las manos,
Que regalaba rosas y me traía ramos,
Que no tomaba en bares,
Y con el mismo hombre que me case.

Hoy me siento azotaba, mas que por tus golpes,
Por tus palabras tan fuertes,
Que rompen mi corazón en pedazos,
Sin dejar huella de tus pasos.

Pero hoy, después de pensar a solas,
Me doy cuenta de la gran diferencia,
Tú sigues siendo el mismo cobarde,
Que gana valor golpeando a alguien.

Hoy te digo adiós mi viejo príncipe,
Cambiaste de ser dulce,
A convertirte en alguien tan difícil,
De llenar aquel vacío sin fin.



-Edgar Rodríguez

lunes, 19 de noviembre de 2012

madurar tan rápido

Tengo tantas cartas por leer,
Quizás no eh terminado de conocer,
Esa persona tan fuerte que dice ser,
Que aprecia lo bello del amanecer.

En mis manos brotan los escritos,
Como un simple niño juega consigo,
Tengo en la mente, mis mayores recuerdos,
Mis miedos, y quizás algunos desvelos.

Me da tanta nostalgia el recordarme de niño,
El como corría sin miedo de caer,
Como aprendía a pesar de que llegara a doler,
Tantas anécdotas que me hacen madurar.

Es increíble como el paso del tiempo,
Empieza a modificar el pensamiento,
De aprender conforme crecemos,
A madurar, conforme caemos.

Es cierto que guardo suspiros muy adentro,
De días que no tuve el valor de hablarlos,
Que me siento como una caja tan profunda,
Donde escondo mis mayores secretos.


Pero vamos quien decide donde caer,
Hoy sigo preguntándome que hice ayer,
Como es posible que a veces,
No me llegue a conocer.

Es cierto que hay días,
Que parezco cargar con culpa,
Un peso tan profundo que causa heridas,
Pero soy yo el que debe cargarlas.

Escucho una voz en mi interior,
Que grita con fuerza tu tienes un gran corazón,
Pero la callo, al recordar aquel dolor,
Donde quizás hubiese cometido un error.

Sigo imaginando en él hubiese,
Me trae recuerdos que duelen,
El haber no actuado conforme,
Mi corazón cree.

-Edgar Rodríguez

viernes, 9 de noviembre de 2012

el oso de mi hermana

Han pasado tan solo 15 años,
Desde que corría por los senderos,
Donde el pasto crecía tan bello,
Y las flores, cubrían el resto.

Esas escaleras color marrón,
Y el gran ventanal claro donde cruzaba la luz,
El piso con un toque artesanal,
Y la sala, un poco informal.

Tantos detalles tengo de aquella casa,
Donde solíamos vivir cuando éramos jóvenes,
Donde trepábamos del árbol, para nunca bajar,
Y aquel desván donde papa, solía cantar.

Recuerdas aquella anécdota donde caí,
Y corriste para estar ahí,
También aquel viejo pastor,
Que nos cuidaba más que el sol.

Me es difícil el pensar que aquella vieja casa,
Donde descubrí mi niñez,
Me atormente todavía al pesar,
Lo que paso aquella tarde.


Recuerdo todavía aquel sábado 18,
Cuando un oso querías de regalo,
Me volvía loco el pensar,
Que tan rápido llegaste a hablar.

Eras solo una niña indefensa,
En busca de la felicidad,
Eras mi hermana pequeña,
La que cuidaba como reina.

Recuerdo que escondí tu regalo,
En lo más alto de aquel armario,
Recuerdo todavía tu sonrisa,
Sabes, el tiempo no todo lo quita.

Tú tan bella, vestida de princesa,
Yo era tu príncipe, lo recuerdas? ,
Te cargue hasta aquel armario,
Hasta que aquel oso, salió de tus manos.

Yo sonreí, te bese la frente y me fui,
Nunca imagine que no te vería otra vez,
Tanta fue tu alegría, que caminabas sin mirar,
Vi tu caída enfrente de mis ojos.


Sabes la nostalgia que sentí,
Rodaste a lo largo de aquel barandal,
Y lo que hice fue gritar,
Pero tu cabeza golpeo aquel viejo cristal.

Hoy después de 15 años,
Estoy sentado recordándote,
Escribiéndote la carta que nunca te entregue,
Y me gustaría supieras, que lo intente.

Te quise y te quiero,
Como aquellos viejos tiempos,
Donde solíamos ver el rascacielos,
Y correr por el sendero.

Recuerda que esta casa que nos dio vida,
También nos arrebató parte de ella,
Tú por ejemplo sigues siendo la misma,
Que inspira mis escritos en este viejo hogar.

-Edgar Rodríguez

lunes, 5 de noviembre de 2012

"Ya nada es igual".

En que momento dejamos de tener el calor,
Cuando dejo de ser primavera, para ser invierno,
Todavía me imagino corriendo detrás de ti,
Gritando estar juntos hasta el fin.

Tantas veces que decir no ser romántico,
Se corrompía al solo mirarte un rato,
Tu fingiendo ser tan débil,
Yo buscando proteger tus pasos.

En que momento dejo de existir amor,
Cuando el calor de tus manos se esfumo,
Me es difícil es recordarte en el ayer,
Donde tú solías ser mi única mujer.

Dejamos de ser románticos y tiernos,
Para ser fríos, sin sentimientos,
Deje de correr detrás de tus pasos,
Cuando aprendí que ya no era lo indicado.

Cuantas veces luche yo detrás de ti,
Y puedes verme, sigo aquí,
Esperando a que cambies otra vez,
Y tus labios me recuerden a la miel.

Lo peor de todo es que sabemos que no es igual,
Que a pesar de que te vuelva a amar,
Nuestro cariño se perdió en la distancia,
Dejando por completo la esperanza.

Siento el recordar nuestro pasado,
El rozar tus labios y no querer soltarlos,
Fingir morir de frio,
Para tomarte de la mano.

Tantas primaveras vivimos juntos,
Quizás te suene absurdo,
Pero en tan solo dos años,
Parece que fuimos uno.

Fue un bendito 2 de agosto,
Cuando de tus ojos iluminaron mi sendero,
Nunca creí que tan bella mujer,
Cambiase tan difícil ser.

Recuerdas nuestras risas interminables,
Cuando yo te gritaba, siempre serás mía,
Nunca me canse de decirte mi vida,
De que a tu lado, estaría siempre.

Hoy veo como la armadura que algún día nos unió,
Hoy se oxida y cae por esa falta de amor,
Hoy tengo un hueco en el pecho,
Tú sabes el porqué de mis hechos.

Nunca fue falta de amor, quizás nos falto intentar,
Si sabias que por ti daba mi vida,
Que cambio entre nosotros,
Me sigo preguntando mientras sueño.

Vete, tengo la necesidad de verte,
Pero me lastima el quererte,
Finges indiferencia por este ser,
Que solo busca darte todo de él.

Perdóname mi bella rosa,
Tus grandes espinas fueron más grandes,
Que los pétalos que cubrían tu alma,
Me causaba más dolor el acariciar tu calma.

Me fallaste, o quizás fui yo,
Bien merecido tenemos un adiós,
No fue el destino, fue falta de amor,
La cambio nuestro corazón.

-Edgar Rodríguez

domingo, 4 de noviembre de 2012

mi gran mentor

Hoy tocas tu guitarra color marrón,
Finges estar triste por amor,
Te puedo ver a los ojos chatos,
Y solo sonríes por ver a mi madre.

Tienes entre la mente los mas grandes consejos,
Que un alumno necesita escuchar,
Eres un gran maestro de la vida,
Que no presume su sabiduría.

Gozas de la vida a pesar de esa edad,
Aprecio mucho tu manera de amar,
Tantos años, tan gran ejemplo,
Tanta sabiduría, tan gran maestro.

Ha pasado ya dos semanas después de la noticia,
No es fácil creer que tan fuerte llegaste a caer,
Dejaste el color oscuro claro,
Por un amarillo maltratado.

Veo que tus manos que tocaban la guitarra,
Como se empiezan a cambiar a frías,
Y tu poderosa mirada,
Empieza a descansar en la cama.

Necesito más tiempo contigo,
Todavía me falta crecer a tu lado,
Necesito la esperanza de verte otra vez,
Sonriendo como lo solías hacer.

No quiero ser ese pilar tan temprano,
Si tan solo pudieras ver la tragedia,
El ver a mi pequeño hermano,
Y abrazar a la débil de mi madre.

Siento como esa energía y vitalidad,
Es arrebatada de mis manos,
Y vuela alto, para no verte jamás,
Puedo besar tu frente antes de decirme adiós.

Escucho el grito de mi madre,
Y yo solo te abrazo fuerte,
Esa necesidad de no dejarte marchar,
Esa envidia de querer tenerte.

Suplico entre tu pecho,
Lloro mientras me destrozo por dentro,
El maestro con el que un día cante,
Hoy se va, para no regresar.

Mi padre, aquel gigante mentor,
Mi ejemplo, mi viejo pastor,
El bohemio cantante,
Que cantaba con el corazón.

Hoy te vas de mis manos,
Descansas con la tranquilidad de tu conciencia,
De que siempre hiciste lo correcto,
Y diste de tu amor, una lección.

Hoy te vas de ese cuerpo tan frágil,
Para quedarte siempre en mi corazón.

(dedicatoria a mi abuelo).

-Edgar Rodríguez

viernes, 2 de noviembre de 2012

"que cosa cambio?"

Después de tanto tiempo,
Por fin hoy logro darme cuenta,
Del error que agobia mi vida,
De que quizás el amor no es lo que siento.

Preguntante el día que te conocí,
Tanto tiempo y sigo a la espera,
Realmente crees que no me importa,
Crees que seguiré esperando aquí?

Quizás y fue mi culpa,
Al pensar un futuro cercano,
Donde estemos relacionados,
Por un sencillo, te extraño.

Me voy si es lo que quieres,
No importa lo que deje ayer,
Si bien aprendí algo,
Un corazón roto jamás se puede unir.

Porque un amor duele,
De eso no me queda duda,
Yo también sufrí por una mujer,
Y tu quizás también por un hombre.

Sé que te cuesta creer,
Que yo soy diferente a el,
Sé que es difícil verme distinto,
A lo que tus ojos ven como mismo.

Aprendí que con el tiempo,
No se puede confiar en un sentimiento,
Que el amor es estúpido,
Pero sigues en mi pensamiento.

Que un clavo no saca otro,
Pues la cicatriz marcada,
Jamás será borrada,
Porque un corazón dañado jamás es reparado-

Parece un cuento lo que vivo,
Mujeres que se nombran princesas,
Que dicen ser divinas y perfectas,
Pero acaso no es obvio seguir solo.

Dime alguien que no falle,
Alguien que sin querer te dañe,
Pídeme un deseo que este a mis manos,
Que con desearlo pueda lograrlo.

La fantasía tanto tiempo fue mi vida,
Porque te veía cada día,
Hoy te sueño en la mañana,
Para despertar y no ver tu sonrisa...

Quizás las palabras son las que mas duelen,
Que espero que algún dia,
Alguien se dé cuenta que mi vida,
No es similar ala tuya.

Hoy me doy cuenta que quizás,
Y mi corazón se equivoco,
Que quizás y amor jamás existió,
Hoy no quiero imaginar que es verdad.

Que hoy gracias a ti escribí,
Pero no de la manera que quizás pedí,
Después de tanto tiempo sin querer,
Me inspiraste a anotarlo en papel.

Quizás y no fue la mejor manera,
Sabes....que son cosas que duele al guardarlas,
Que al no saber decirlas se narran sobre el papel,
Esperando a que algún dia las puedas entender.

Hoy trazamos caminos distintos,
Para que quizás un día, hacerlo el mismo,
Hoy te despido de mis manos,
Para que vueles hacia lo alto.

-Edgar Rodríguez

"el narcotrafico en el pais"

Otra vez vuelve la melancolía,
De recordar como las calles,
Empiezan a cambiar,
Y las estrellas dejan de brillar.

Es un constante cambio entre la vida,
Y un duelo entre la dignidad,
Se aprecia en el rostro el miedo,
Que consume a nuestra sociedad.

Es triste que la violencia,
Sea una forma de existencia,
Que corrompa las naciones,
Destrozando corazones.

Me es difícil aceptar que una sola persona,
Pueda cambiar el panorama de la vida,
Que el fin de lucro sucio,
Pueda arrebatar un hombre justo.

Me da rabia el recordar las calles,
Donde florecía la felicidad,
Abatida por el miedo y la injusticia,
De esta maldita sociedad.

Me cuesta creer que tan rápido,
Crece la madurez de un niño,
Me da tristeza el imaginar,
Como se convierten en adulto.

El narcotráfico no es más que cáncer,
Que destruye lentamente el placer,
De gozar de una vida en plenitud,
Para convertirla en un ataúd.

Cada día levantarse con una nota roja,
No tiene por qué ser normal,
El llorar un asesinato,
No tiene por qué ser necesario.

Me es fúnebre pensar,
En todas esas personas,
Que lloran por una tragedia,
Que azota esta nación,

Estar prisionero de un arma,
No es una manera de vivir,
El tener miedo de salir a caminar,
No es forma de existir.

Hoy tengo miedo, del cambio,
Que nos consume a diario,
Hoy tengo miedo que el homicidio,
Se vuelva nuestro única salida.

No es manera de vivir, el cargar con un arma,
No es un honor el ser parte de esta matanza….

-Edgar Rodríguez

Chiara Valentina.

 Mi pequeña estrella, luz que ilumina mi sendero,  cinco años contigo, un regalo del universo entero. Tus risas, melodías que alegran mi ex...